27.8.17

De mis quince

“Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal…”

Así comienza “El Hombre Mediocre”, de José Ingenieros. Este libro me lo regaló mi papá cuando cumplí quince años. Cuando empecé a leerlo recuerdo que me sentí intrigada, abrumada, extasiada; una sensación como la de estar al borde de un precipicio. Confieso que me también me vi perdida, aunque debo decirlo, esa sensación siempre me acompaña: saberme ignorante es lo que me impulsa a buscar, leer, cuestionar, debatir, doblegarme, reposicionarme.

Hace unos instantes vi el libro del que hablo en un estante, me acerqué lo hojeé y se me agolparon los mismos sentimientos y vino a mi cabeza la dedicatoria que acompaño al regalo hace tantos años:

“Con mi deseo que encuentres tu ideal o lo concibas y luches incansablemente por él. Porque aún sin lograr tu meta seas feliz. Tu papá.”



¿Cómo no sentirme comprometida a seguir? Gracias por el recordatorio.

No hay comentarios:

Bajo tu amparo

Empiezo a acostumbrarme a ti. Empiezo a amar esos pliegues, esos que cada vez van ganando más terreno en tu cara, esos que van haci...