...embriagada por el sonido que me llega y me transporta,
me asombra y se esfuma, todo es duda, todo pacto.
Estoy sola y la magia hace su labor:
el laberinto no resuelto resurge, resucita,
me observa con esa especie de ¿complicidad? ¿mofa? ¿benevolencia? ¿lástima?
La mirada que atraviesa el espejo no se reconoce,
entretanto mi sobriedad aún duerme,
reposa entre los seres dormidos que se cuentan por millones.
En este mundo, sin posibilidad de vida, sigo siendo única.
Siempre única, ¿no se dice acaso que nada es casual?
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